Todo lo que necesitas saber de los cojines y colchones antiescaras.
Las escaras o úlceras por presión son lesiones que afectan a la piel y tejidos blandos que se encuentran cubriendo ciertas prominencias óseas a causa del decúbito o la permanencia prolongada del paciente en la misma postura.
Las localizaciones habituales son el cóccix, isquiones, trocánteres femorales o talones. Las escaras no cicatrizan por sí solas y su tratamiento es muy complejo, llegando en estadios extremos a afectar al tejido óseo. Además, se ven potenciadas por la mala circulación sanguínea de la zona y, por ello, la deficiente nutrición de los tejidos.
Las escaras propias de pacientes sentados o encamados durante tiempo prolongado son extremadamente difíciles de manejar, por esto el tratamiento más eficaz es una buena prevención.
Cualquier persona que permanezca inmovilizado durante tiempo debe ser asistido desde el principio por algún tipo de dispositivo antiescaras (cojín o colchón antiescaras), según se encuentre sentado o encamado, con el fin de evitar la aparición de estas lesiones. También existen soluciones para escaras puntuales, como taloneras o manoplas antiescaras.
Los cojines y colchones antiescaras se fabrican de diferentes materiales. Su elección depende en buena medida del estadio de las lesiones, el peso y el grado de movilidad del paciente, su capacidad de propiocepción…
Cuando las escaras no se han formado todavía o empiezan a intuirse rojeces en las zonas de presión, podremos optar por cojines o colchones antiescaras de espumas de diferente densidad, tales como visco, o bien una combinación de gel de silicona y espuma.
Cuando las escaras empiezan a manifestarse, por lo general optaremos por geles de silicona o por cojines o colchones de aire, con formas y presiones diferentes, o bien por colchones de aire alternante.
Para los usuarios encamados, los colchones antiescaras de celdas o bandas de aire alternantes suelen ser la elección mayoritaria por diversos motivos. Un pequeño compresor de aire se encarga de hinchar y deshinchar de manera alterna diversas celdas, consiguiendo así no solo repartir la presión a zonas de menor riesgo, sino que divide el tiempo de presión de cada punto anatómico.
Los colchones antiescaras de aire alternante tienen otras ventajas tales como la facilidad que aportan a la hora de hacer cambios posturales del paciente, e incluso llegan a ofrecer microventilación en su superficie, ayudando a disminuir la humedad de las zonas de contacto.